jueves, 17 de julio de 2014

Espino.

Llega un momento, cuando piensas que por fin todo irá bien, en que aquella llama que iluminaba tus días se va desvaneciendo poco a poco, hasta que al final solo estás tú con la cabeza pegada a las rodillas en el hueco más pequeñito que has podido encontrar en casa. Es entonces cuando te das cuenta de que vives engañado, que por mucho que quieras puede que nunca llegues a estar bien, que por mucho que lo intentes quizás ese sentimiento no desaparecerá. Pero no importa, una vez más vuelves a intentarlo, una vez más pretendes volar, y justo cuando despegas caes de bruces porque una cuerda te sigue sujetando, una cuerda de esas que está trenzada con espino y, que poco a poco va hiriéndote más. Justo en ese instante llega alguien que te venda toda la zona del pie para que el espino no te haga más daño, e incluso intenta cortarlo aún haciéndose daño él, y cuando ves los rasguños, le coges las manos y dices: ''No te hieras tú también, solamente quédate a mi lado dame las fuerzas para comerme el mundo y aún con espino seré capaz de soportarlo todo, si sé que al final de las yemas de mis dedos estarás tú.''

Puede que siempre tengas una cuerda sujeta a alguna parte de tu cuerpo, de esas que intentan asfixiarte y hacerte daño de verdad, pero tú tienes la capacidad para hacerle frente, porque eres único y porque nada ni nadie merecerá tu sufrimiento. El único y verdadero secreto es no darse por vencido, seguir luchando por los sueños y sobre todo, por el mañana. Que nunca sea un ''Y si..'', sino un ''Recuerdas cuando..'', hay que arriesgarse por aquello que queremos, para así no tener que arrepentirnos por aquello que no intentamos en su momento.

El truco no está en depender de alguien que te haga sonreír, sino en sonreír porque tienes a alguien a quien puedes confiar hasta tus más íntimos deseos. Uno de los mayores errores que cometemos es intentar que nuestra felicidad esté de la mano de alguien, pensar que una persona tiene que ocuparse de ello. Esas personas tan solo ayudan a que el camino sea menos duro y menos solitario, pero somos nosotros quienes debemos hacernos felices.

No hay comentarios:

Publicar un comentario